Enseñamos a cuidar la naturaleza
Te presentamos una nueva oportunidad de explorar Andalucía desde otra perspectiva, más cercana al medioambiente.
Desde la costa, las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama rompen el horizonte con una espectacular sucesión de crestas que superan los 1.500 metros para, descender vertiginosamente hasta desaparecer bajo las aguas del Mediterráneo.
Fauna y flora
A medida que ascendemos, en tierras húmedas y frías, vemos vestigios de vegetación originaria que no ha sido modificada por el hombre: en La Maroma podemos ver como los bosques de quejigos y robles sustituyen a encinas, durillos y aladiernos para, ya en las cotas más altas, dar paso a matorrales almohadillados y tejo, planta poco característica de las sierras andaluzas. En la periferia, junto a olivos y viñas, donde la aridez toma cartas, chumberas, pitas y palmitos empiezan a tener un papel destacado.
Siendo patente la presencia de un buen número de mamíferos, como cabra montés y gineta, serán las aves las que tengan mayor protagonismo, tanto las vinculadas a roquedos -águila real, perdicera, calzada y culebrera, buitre leonado, alimoche, búho real- como a cauces de agua - mirlo acuático y martín pescador-.
Mientras que nutria, trucha común y cangrejo autóctono certifican la calidad de sus aguas, el murciélago de herradura y el grillo subrayan la singularidad de sus cuevas. Se encuentra también el sapo partero bético, endemismo exclusivo de esta sierra y de los macizos a caballo entre Almería y Murcia.